Luego del terremoto que azotó nuestro país, yo quedé muy mal. Siempre (y cuando digo siempre es siempre) he sido tremofóbica, por lo tanto tengo que asistir semanalmente donde una psiquiatra y una psicóloga que me hacen una terapia en conjunto para superar la angustia más que el miedo a los temblores, que es probable que nunca pase. Yo he asumido esta condición y tal como dice mi psicóloga soy muy matea ya que todo lo cumplo con rigurosidad (medicamentos, consultas, tareas, etc). Una de las terapias es la escritura de las imaginerías que me hacen y han resultado muy buenas, incluso para mi (modestia aparte).
No sé si las comparta algún día ya que este proceso lo he vivido bastante intensamente y como algo muy mío, lo que no significa que mis cercanos sepan lo que estoy sintiendo.
Me he dedicado mucho a leer y a hacer sopas de letras jajaja han sido días tranquilos ya que además de todos los doctores y eso tuvimos que prescindir del contrato de arriendo del departamento en el que vivíamos por no poder yo estar en un piso alto. Así que nos cambiamos a un primer piso y mucho más amplio, además de definitivo ya que lo compramos, cosa que me hace muy feliz y ha bajado mis niveles de ansiedad. Elegí rieles, telas para cortinas, velos, plantas y estoy mucho mejor que aquel fatídico 27 de febrero.