Uno cree que estas cosas tan antiguas nunca las va a necesitar pero ahora que ya estamos instalados sentía que me hacía falta una teterita para remojar té. Busqué y la encontré en un negocio, de esos que ya no existen, en Quillota. Me la dieron bien envueltita y ahora la presento.
Hoy hice mi primer tecito remojado y la verdad es que quedó bien rico, un sabor muy reconfortante para iniciar el día.
Oye, es que, qué hace uno sin tetera...nada...igual me pasó con las pailas de aluminio...las extranaba tanto que mi tía me regaló un par para que me trajera a Alemania.
ResponderEliminarVilma, en el curso me ensenaron muchas cosas interesantes sobre comprensión auditiva y lectora...trabajo con imágenes en el aula etc. Ensenaron de verdad didáctica sin quedarse en el marco teórico...ha sido uno de los buenos cursos a los que he asistido.
Estas cosas me motivan para mejorar las clases y creo que si volvemos a Chile también me van a servir.
Un abrazo y me alegro por ése café o té que nos vamos a tomar.
Caro